Cuando se tiene 6 hijas mujeres solteras y el dinero escasea, la única preocupación de una madres es casar a sus hijas con algún hombre rico. Pero, esos no eran los planes de Elizabeth Bennet, a pesar de imponerle un marido, ella se rehusaba a casarse por dinero y con alguien que no amaba. Para su suerte- y el de todas las Bennet- dos familias con jóvenes casamenteros llegaron a la villa que colindaba con los Bennet y desde ese momento las vidas de las hermanas Bennet, especialmente las de Jane y Elizabeth, no volvieron a ser las mismas.
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